TRABAJANDO EN GRUPO. CREANDO JUNTOS

24/02/2016

Crowdfundinghero-618x338Cada día muchas personas piensan en desarrollar su trabajo lo mejor posible, que llegue el fin de la jornada y las vacaciones. Los compañeros son entes ajenos con los que, en algunos casos, cruzar unas pocas palabras. Esta forma de actuar no sólo es contraria para las propias personas, sino para el grupo. Frente a la inteligencia emocional de la persona, se alza la del colectivo. En un mundo cada vez más interconectado, las decisiones se toman por el propio colectivo, desde una estrategia comercial de Google hasta los objetivos de una comunidad de vecinos. Un reciente estudio con 700 participantes publicado en la revista Science, se preguntó si estas colectividades tienen inteligencia propia. La respuesta fue que, igual que sucede con los individuos, unos grupos eran más listos que otros.

Este estudio de comportamiento resulta muy útil a la hora de estudiar e intentar mejorar la actitud de grupo. Para ello había que preguntarse que caracteriza a los grupos más inteligentes o más eficaces sobre los otros. Una primera conclusión es que no era una suma de genios lo que hacía al grupo mejor, sino el conjunto. Otra era que el grupo eficaz no se caracterizaba sólo por unas o dos personas que lo monopolizaban, sino que era una suma de sus unidades. Por último los que contaban con más mujeres funcionaban mejor que aquellos equipos con más hombres.

Aplicado al mundo de la empresa estas investigaciones pueden tener aplicaciones fundamentales. El grupo de trabajo ha de compartir unos instrumentos de almacenaje y de resolución de problemas, unos foros de discusión y unos canales de participación. Considerarse como una unidad dentro de su multiplicidad. De lo engrasado del mecanismo depende la efectividad de la organización.

Una lucha importante se centra en la dispersión. La inmensa e inabarcable información y herramientas utilizables, paradójicamente va en contra de la eficacia. Y ello por la distracción. Estar en muchos frentes y en ninguno, recibir información que no se asimila.

Tenemos una realidad muy positiva en nuestras manos, y es la extraordinaria propensión de las personas a relacionarse. Y su contrapartida las ganas de querer hacer. Podemos trabajar muy bien en grupo, pero tenemos que querer hacerlo. Y eso depende en gran medida, de nuestra relación con el resto de miembros de ese grupo. Para que la inteligencia colectiva de sus frutos, debe haber buenas relaciones interpersonales. Un enfrentamiento o distanciamiento entre miembros de un colectivo, perjudica a esos miembros y al propio colectivo. Por contra la cercanía en el ámbito laboral ayuda a la eficacia y a la productividad. El aunar las inteligencias emocionales individuales y del colectivo, debe de constituirse en un objetivo empresarial prioritario.

A mucho mayor ámbito Internet puede ser un foco de productividad colectiva formidable. Iniciativas como Wikipedia, Linux, y otros programas de creación y mantenimiento colectivo, muestran la fuerza del colectivo. La farmacéutica Lilly, resuelve desde hace tiempo problemas científicos compartiéndolos en Internet, y ofreciendo una recompensa económica. Algunos Ayuntamientos, tienen foros abiertos a los ciudadanos para advertir de problemas y proponer soluciones. El crowfunding, como forma de financiación colectiva. Y es que estamos en la época de trabajar y de crear en grupo, en beneficio de nosotros mismos.

Fuente: Jesús Medina

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