LA IMPORTANCIA DE LA LOPD EN LAS EMPRESAS

Es un hecho constatado que, aunque el grado de cumplimiento de la Ley Orgánica de Protección de Datos en nuestro país empieza a ser estimable, todavía queda mucho camino que recorrer para que nuestras empresas, asociaciones y demás entidades obligadas lo hagan en un grado óptimo. Todavía son habituales muchas prácticas que, ante el desconocimiento de los responsables, pueden traer graves consecuencias económicas a quienes las ejercitan.

La LOPD se ocupa de las infracciones y sanciones en su título VII (artículos 44 a 49), calificándolas como leves, graves o muy graves. Una infracción leve sería, por ejemplo, no tener inscritos los ficheros ante la Agencia Española de Protección de Datos. Un ejemplo de infracción grave podría ser el tratamiento de datos sin autorización de las personas afectadas y uno de muy grave, la recogida de datos de forma engañosa o fraudulenta.

Como vivimos en la sociedad de la información y la transferencia de datos personales es tan rápida como constante, existe el peligro de que olvidemos los principios más elementales de prudencia y realicemos acciones cotidianas que conlleven muy desagradables consecuencias. Una de las más habituales es el envío de comunicaciones (a clientes, a empleados…) sin copia oculta: los datos quedan expuestos al resto y es fácil que alguien los recopile para fines fraudulentos. Las sanciones económicas por estas prácticas, sobre todo si son habituales, pueden llegar a ser tan importantes que cuestionen la viabilidad futura de la empresa. Por esa, y otras muchas razones, que se pueden escapar a quien no posea un profundo conocimiento de la Ley, es importante contar con una buena asesoría en Protección de Datos.