ALGORITMOS Y DATOS

19/10/2016 ,

algoritmosTodos sabemos que estamos en la época de los datos. Millones y millones de datos sobre cualquier cuestión imaginable. Pero la verdadera revolución viene por la forma de tratar esos datos. Y ahí están los algoritmos, fórmulas matemáticas que los interpretan, reúnen, separan y obtienen conclusiones. La economía actual depende de ellos.
Google patento Page Rank la familia de algoritmos que la convirtió en la empresa más valiosa del mundo. Cada segundo recibe 44.445 búsquedas. Estas rastrean entre los millones de páginas en la red para obtener unas conclusiones en el segundo siguiente. Uber, la plataforma para conectar pasajeros y vehículos a través de internet, sin ningún vehículo en propiedad realiza más traslados que cualquier compañía de taxis del mundo. Incluso en Nueva York ensaya un servicio (Uber Pool) para compartir vehículos por la ciudad. El mismo criterio, pero para largas distancias utiliza Blablacar, adaptándose por algoritmos a las necesidades de sus clientes. Youtube, con 98.467 videos descargados cada segundo, es un ejemplo del uso de algoritmos, para rastrear nuestros gustos. Resulta difícil resistirse a pinchar en “videos sugeridos”, donde reconocemos nuestros gustos, pero vienen juntos a publicidad dirigida.
En el hotel Marriott Marquis, de Nueva York, sus 16 ascensores no tienen botones y sus usuarios han visto reducido el tiempo de espera de 90 a 20 segundos. Los algoritmos controlan los desplazamientos, partiendo de los pisos que sus usuarios han ido introduciendo en su panel exterior. Lo que no ha podido eliminar es la claustrofobia o el miedo irracional de algunos.
Los algoritmos desembocan en la automatización de los procesos, al hacerse más eficientes, y consiguientemente en el aumento del paro. Pero esta consecuencia indeseada no detiene a las compañías, que gastan hoy fortunas en conseguir usuarios y no beneficios. Como señala Esteve Almirall, profesor de Esade “con millones de clientes ganas dinero en cuanto quieras”. O en cuanto decida el algoritmo.
Sin embargo, como otras muchas otras cuestiones de la economía, los mejores algoritmos no están al alcance de todos. En el mundo solo 320 instituciones enseñan a desarrollarlos a un puñado de privilegiados. Una profesión que no conoce el paro, y además son contratados a precio de oro por empresas como Google.
Ahora bien, ¿Quién introduce los criterios de los algoritmos?. Si suceden una serie de parámetros pueden calificarte de insolvente y no tener acceso al crédito, a comprar una casa, o incluso a conseguir un trabajo. Como en cualquier otra actividad humana, cabe el error, y en este caso nuestra vida se verá condicionada por algo ante lo que no cabe la protesta. La regulación de un campo tan novedoso será uno de los desafíos que gobiernos y organizaciones no gubernamentales deberán tener en cuenta en el futuro.

Jesús Medina Jaranay

Director Dpto. Jurídico Consultores de Gestión, S.A.P.

Los comentarios están cerrados.